Agroindustria
Retiran tras 25 años estudio sobre glifosato de empresa Bayer
10.12.2025, 14:46
Un estudio del año 2000 que desempeña un papel central en el debate sobre la seguridad del herbicida glifosato fue retirado formalmente por la revista especializada "Regulatory Toxicology and Pharmacology" ante las dudas sobre su veracidad.
El artículo fue clave para las afirmaciones del entonces fabricante Monsanto de que la sustancia Roundup y su principio activo, el glifosato, no tenían efectos cancerígenos.
En una declaración del grupo Bayer, que adquirió Monsanto en 2018, se afirma en respuesta a la decisión: "Nadie de Monsanto participó como autor, y la relación de la empresa con el artículo fue debidamente revelada".
El estudio fue considerado ampliamente como pionero en el debate, señaló la editorial Elsevier, responsable de la publicación científica. Sin embargo, ahora no está claro si la conclusión presentada, que el glifosato y el producto Roundup no son cancerígenos, es realmente correcta.
Se plantearon dudas sobre la autoría del estudio, la validez de los resultados en relación con la representación incorrecta de las contribuciones de los autores y del patrocinador del estudio, así como sobre posibles conflictos de interés de los autores, escribe el editor jefe Martin van den Berg en el comunicado. Según expresó, varios puntos llevaron a la retractación.
Entre ellos, que las conclusiones del estudio sobre la carcinogenicidad del glifosato se basan exclusivamente en estudios de Monsanto que no mostraban potencial tumorigénico, señala Van den Berg. En el momento de la publicación existían otros estudios a largo plazo sobre toxicidad crónica y carcinogenicidad cuyos datos no fueron considerados.
Falta de independencia de los autores
Un litigio en Estados Unidos sacó a la luz emails de Monsanto que sugiere que los tres autores mencionados en el estudio no fueron los únicos responsables del contenido. En cambio, empleados de Monsanto podrían haber colaborado sin haber sido mencionados debidamente como coautores.
Las aparentes contribuciones de empleados de Monsanto como coautores no fueron mencionadas explícitamente en la sección de "Agradecimientos". "Esta omisión hace pensar que los autores podrían haber representado de manera incorrecta sus roles respectivos y el carácter cooperativo del trabajo presentado".
Otros mensajes con Monsanto divulgados durante el litigio indican que los tres autores oficialmente mencionados podrían haber recibido una compensación económica de la empresa por su trabajo en el estudio, lo cual no fue revelado.
Contexto histórico e influencia
El estudio influyó considerablemente durante décadas en decisiones regulatorias relacionadas con el glifosato y Roundup. "Dado su estatus como piedra angular en la evaluación de la seguridad del glifosato, es esencial que la seriedad de este artículo de revisión y sus conclusiones no se vea comprometida", indica Van den Berg.
Ante estos puntos, ya no existe confianza en los resultados y conclusiones, lo que hace necesaria la retractación, enfatiza.
Hace apenas unos meses, un dúo de investigadores informó en la revista "Environmental Science & Policy" que el estudio continúa siendo ampliamente citado e influyente: según los datos, se encuentra entre el 0,1 % de los estudios más citados en la investigación sobre glifosato. Las revelaciones sobre la participación encubierta de Monsanto casi no cambiaron esa tendencia.
¿Qué dice el fabricante?
El actual propietario de Monsanto, Bayer, rechazó las críticas. Se trata, explicó el portavoz de la empresa, Philipp Blank, de un artículo de revisión basado exclusivamente en estudios presentados de manera regular. "El glifosato es el herbicida más exhaustivamente investigado en los últimos 50 años". Entre las principales autoridades regulatorias a nivel mundial existe consenso en que, con un uso adecuado, el glifosato es seguro.
Según la evaluación de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) de la OMS, el glifosato es probablemente cancerígeno para los seres humanos.
Sin embargo, autoridades como la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y el Instituto Federal de Evaluación de Riesgos de Alemania (BfR) consideran que, si se siguen las normas de aplicación, no existe un riesgo relevante de cáncer.
La aparente contradicción no es tal: la IARC evalúa el peligro cancerígeno, es decir, la posibilidad general de que una sustancia cause cáncer. En cambio, las autoridades reguladoras consideran el riesgo cotidiano como un factor. La EFSA califica el riesgo de cáncer en las cantidades que una persona puede ingerir habitualmente, por ejemplo a través de los alimentos, como insignificante.