Protección civil
Los búnkeres privados alemanes están en auge, los públicos se deterioran
1.06.2025, 14:12
La invasión rusa a Ucrania, el apagón en España y Portugal y otros acontecimientos influyen en la sensación de seguridad de la población en Alemania, que ahora vuelve a interesarse por los búnkeres, en especial los privados, según informan las empresas especializadas.
Durante décadas, estas construcciones no fueron tema de conversación, ya que apenas quedan búnkeres públicos. Según la Oficina de Protección Civil y Ayuda en Catástrofes (BBK), en Alemania hay actualmente 579 refugios públicos con 478.000 plazas, en tanto la población total suma unos 83,2 millones de habitantes.
Alemania decidió en 2006 dejar fuera de servicio los refugios públicos existentes y darles otro uso. Hoy en día, la provisión generalizada de refugios para casos de defensa ya no forma parte del concepto de protección civil.
Sin embargo, las empresas que construyen nuevos refugios o reactivan búnkeres existentes informan de un aumento de la demanda. Un empleado de la compañía BSSD habló de un aumento "exponencial" desde 2014, que se intensificó en 2022, "aunque a un nivel bajo".
Los clientes de BSSD son exclusivamente particulares. "El Estado no está haciendo nada", afirmó el director de tecnología y portavoz de la empresa, Mario Piejde, citando como ejemplo que, en Hannover, uno de los búnkeres más espaciosos del país fue convertido recientemente en un aparcamiento para bicicletas.
Sin embargo, Piejde aclaró que la gente está "despertando" poco a poco y protegiéndose en el marco privado, no solo de una posible guerra, sino también de un apagón o disturbios. El directivo detalló que el 80 % de los pedidos son reactivaciones de antiguos búnkeres de propiedad privada, y el 20 % son sótanos en edificios nuevos.
En la empresa DSZ, la proporción es al revés: el 80 % de los encargos son construcciones nuevas en las que una parte del sótano se destina a refugio, según explicó el propietario, Peter Aurnhammer, que constató una demanda creciente en "todos los estratos de la sociedad", ya sean "artesanos, médicos, políticos, empresarios o familias que están construyendo una casa con sótano".
Los búnkeres sobre tierra de Fráncfort se utilizan hoy en día principalmente para fines civiles, aunque no de forma tan espectacular como el búnker St. Pauli de Hamburgo, que se ha convertido en una atracción turística gracias a terrazas con jardines y bares y un sendero bordeado de árboles.
Algunos antiguos refugios se utilizan como estudios para músicos o artistas. Otros sirven de sede para asociaciones, centros juveniles o clubes de carnaval.
Las empresas que ya existían durante la Segunda Guerra Mundial aún conservan búnkeres de esa época, como es el caso de una empresa industrial situada en el barrio Ostend de Fráncfort. Los operadores no quieren revelar la ubicación exacta por miedo a visitas no deseadas. Hoy en día, las instalaciones se utilizan como almacenes o están vacías.
Desde el exterior, solo la inscripción "Luftschutzraum" (refugio antiaéreo) en una rejilla del sótano delata la existencia de la instalación. El camino conduce a una puerta de seguridad que solo se puede abrir con una tarjeta con código.
A doce metros bajo tierra, una puerta de hierro abovedada se abre con un chirrido. A la luz de una linterna, se distingue la inscripción "Refugio para 45 personas" en letra gótica sobre la pintura desgastada de la puerta. Durante los intensos bombardeos sobre Fráncfort en 1943 y 1944, decenas de personas se apiñaron aquí en un espacio muy reducido.
La Oficina de Protección Civil BBK subraya que los tiempos han cambiado: "Durante mucho tiempo, la construcción y el mantenimiento de refugios públicos se consideraban una medida central de la protección civil en la percepción pública", explicó una portavoz.
Sin embargo, aclaró que incluso durante la Guerra Fría, como máximo el 2 % de la población podía encontrar refugio en refugios públicos.
La portavoz añadió que los escenarios de amenaza de entonces y de ahora no son comparables. "En este contexto, también deben buscarse nuevas formas de proteger a los habitantes. Por lo tanto, la construcción de refugios en todo el territorio no es un enfoque adecuado para garantizar una protección eficaz de la población".
A su vez, el ministro del Interior del estado federado de Hesse, Roman Poseck, comentó a dpa que, desde el ataque de Rusia a Ucrania, "la situación de amenaza para todos los Estados europeos ha cambiado de forma duradera", lo cual también supone nuevos retos para la protección civil.
En su opinión, todos pueden contribuir a la capacidad de respuesta ante crisis de la comunidad y "por ejemplo, disponer de una reserva adecuada de alimentos y bebidas, una linterna, pilas y una radio a pilas".